Libro Blanco
Resumen ejecutivo
Las intrusiones de drones en los centros penitenciarios son una amenaza persistente y continua que no hará sino aumentar con el tiempo, a medida que los reclusos sigan poniendo a prueba los límites del espacio aéreo vulnerable y el desconocimiento de la actividad de los drones por parte de los centros. Sin este conocimiento, las consecuencias de las intrusiones de drones en un centro penitenciario pueden causar alteraciones en el cuidado y el orden de los reclusos, el personal y el público en general. Este informe analiza:
Introducción
Las entregas de contrabando con drones empezaron a ser noticia en Estados Unidos a finales de 2013, cuando delincuentes organizados intentaron entregar tabaco y teléfonos móviles a reclusos en prisiones. El grupo, que operaba desde un bosque cercano, utilizaba prismáticos para guiar el dron por encima de las vallas de la prisión. A lo largo de los años, los drones se han utilizado para inspeccionar operaciones, ayudar en fugas de prisiones y siguen siendo un canal fiable para entregar contrabando. Sin embargo, la introducción e integración de la tecnología de detección de drones ha permitido al personal de seguridad conocer su actividad en el espacio aéreo, evitar intrusiones en él y proteger sus propiedades, a los reclusos y al público de drones malintencionados.
En respuesta al aumento de las amenazas de drones en las instalaciones correccionales, la FAA comenzó a establecer restricciones de drones sobre las prisiones federales en 2018. Esta es la primera vez que la administración ha establecido restricciones de vuelo específicas para drones sobre propiedades operadas por la Oficina Federal de Prisiones. Además de enfrentarse potencialmente a cargos penales por contrabando, los pilotos de drones que lleven contrabando o que violen las restricciones de vuelo pueden estar sujetos a medidas coercitivas, incluidas posibles sanciones civiles y cargos penales. Estados como California también han ilegalizado los vuelos sobre prisiones, proporcionando a los fiscales una vía legal adicional en el caso de que no se disponga de pruebas para el contrabando, pero si se sorprende a un presunto contrabandista con un dron.
Las intrusiones de drones en centros penitenciarios son una amenaza persistente y continua que no hará sino aumentar con el tiempo, a medida que los reclusos sigan poniendo a prueba los límites de un espacio aéreo vulnerable y el desconocimiento por parte de los centros de la actividad de los drones.
Los drones y los sistemas aéreos no tripulados se desarrollaron inicialmente para apoyar operaciones militares y, con los años, se han convertido en tecnología para uso personal y comercial, proporcionando soluciones rentables para múltiples industrias. Como ocurre con cualquier tecnología, los consumidores encontrarán formas de utilizar los drones para resolver problemas, pero también encontrarán formas de utilizarlos con fines no deseados o malintencionados, como la entrega de contrabando.
El sector de la seguridad del espacio aéreo está creciendo rápidamente, y las leyes relativas a la integración segura de drones en el espacio aéreo nacional tardan en ponerse al día. La gestión del espacio aéreo será inherentemente más compleja a medida que los centros penitenciarios investiguen e inviertan en programas de drones, como la vigilancia de reclusos y la inspección de infraestructuras. Los centros penitenciarios deben ser capaces de diferenciar inmediatamente entre un dron autorizado, un dron amigo de la comunidad o de una empresa local, y un dron malicioso. Sin este conocimiento, las consecuencias de las intrusiones de drones en un centro penitenciario pueden causar alteraciones en el cuidado y el orden de los reclusos, el personal y el público en general.
Incidentes con drones
Ningún centro penitenciario es inmune a las infiltraciones de drones. Las entregas de contrabando y otras intrusiones pueden pasar desapercibidas para el personal de seguridad, poniendo en peligro al personal penitenciario, a los reclusos y al público en general. Las entregas de drones no sólo pueden aumentar el riesgo de violencia entre reclusos, sino amenazar la seguridad física del centro y de las personas que lo protegen. Los drones no detectados también pueden poner al descubierto vulnerabilidades de seguridad al mostrar una vista de pájaro de las rotaciones del personal y los movimientos de los reclusos.
Tecnología de detección de drones
Los centros penitenciarios estatales y federales se están equipando con servicios de detección de drones y descubrieron no sólo cuánta actividad de drones se producía en su espacio aéreo, sino quién era el responsable.
La detección proactiva de drones se utiliza como herramienta de diagnóstico, creando inteligencia en torno al alcance y al problema mediante la auditoría del espacio aéreo, y traduciendo después esa información en cambios estratégicos en los protocolos de seguridad. En los centros penitenciarios, el hardware y el software de detección de drones pueden incorporarse a un ecosistema de seguridad ya existente. Nuestros sistemas contra dr ones siguen la trayectoria de vuelo del dron y localizan al piloto. El personal de seguridad puede utilizar los datos de vuelo para determinar si un solo dron ha visitado la zona varias veces o si hay varios intrusos individuales, y registrar si hay determinados días u horas en los que se produce un aumento de los incidentes. Estos datos tienen un valor incalculable a la hora de identificar y procesar a los pilotos que infringen las leyes federales.
Con la tecnología de detección de drones, los centros penitenciarios tienen ahora ventaja a la hora de proteger su espacio aéreo de drones no deseados y peligrosas entregas de contrabando. Vea cómo funcionan los sistemas de detección de drones en este vídeo del Departamento Correccional de Kentucky.
Conclusión
Cuando aparece un dron no autorizado, los profesionales penitenciarios deben prepararse para innumerables peligros. Durante el día, los sistemas de alerta de drones pueden activar alarmas que obliguen al personal a interrumpir las operaciones y cerrar el centro. Los drones de entrega de contrabando, si son advertidos por los reclusos, pueden dificultar enormemente el mantenimiento del control de la prisión. Los funcionarios tendrán la oportunidad de escoltar a los reclusos antes de que el dron entre en la propiedad, realizar registros, revisar el vídeo y localizar el contrabando. Un sistema de detección de drones da tiempo al personal de seguridad para controlar una situación y adelantarse a ella en lugar de reaccionar ante ella.
Todos los centros penitenciarios quieren asegurarse de que cada miembro de su equipo vuelve a casa sano y salvo. El contrabando de drones, el espionaje y las interrupciones están añadiendo nuevos riesgos y retos a la seguridad personal de sus empleados. La detección proactiva de drones y las alertas automatizadas se integran de forma eficiente y en los protocolos de seguridad existentes, apoyando los objetivos de seguridad de todos los centros penitenciarios del mundo.