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Cyrille Chahboune no es ajeno a la adversidad. Como antiguo miembro de la 10ª Unidad de Comandos Aéreos Paracaidistas, una de las divisiones más competitivas y prestigiosas del ejército francés, su vida ha exigido determinación y destreza a partes iguales.
Pero su mayor reto llegó cuando se incorporó y fue desplegado en Irak en 2016 en el marco de la lucha mundial contra Daesh. Para entonces, Daesh se había convertido en sinónimo de brutalidad, con vídeos propagandísticos muy bien producidos que mostraban ejecuciones, esclavitud, destrucción de monumentos históricos y el uso de armas químicas prohibidas.
En 2014, los combatientes del Daesh desbordaron las fronteras de Irak. En solo dos semanas, el grupo controlaba el 70% de la provincia clave de Anbar, incluida la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul. Ante la incapacidad de Irak para detener el avance de Daesh, la comunidad internacional intervino.
Francia y sus aliados de la coalición intentaron ayudar al gobierno iraquí proporcionándole formación y apoyo aéreo. Incorporó operativos de las fuerzas especiales a las unidades iraquíes y kurdas para proporcionar inteligencia y asesoramiento en tiempo real. Se trataba de tareas muy peligrosas, asignadas sólo a los más capaces y cualificados.
La unidad de Cyrille estaba integrada en las fuerzas Peshmerga kurdas iraquíes en el frente de la provincia de Erbil. El Daesh era un enemigo peligroso, que poseía grandes cantidades de equipo militar moderno abandonado por los militares iraquíes que huían. Pero también utilizaba tácticas militares no convencionales, como atentados suicidas y artefactos explosivos improvisados al borde de las carreteras.
El 2 de octubre de 2016, Daesh lanzó un dron cargado de explosivos contra la posición de Cyrille. La explosión mató a dos combatientes kurdos. Cyrille y otro soldado francés resultaron gravemente heridos.
La explosión arrancó inmediatamente la pierna izquierda de Cyrille, y la otra también resultó gravemente herida. Apenas consciente por la explosión, Cyrille consiguió valientemente atarse la pierna derecha malherida con un torniquete antes de ser evacuado. Al final, los daños resultaron demasiado graves y los médicos se vieron obligados a amputarle la pierna derecha.
Cyrille pasó un año en el hospital. La recuperación fue un proceso largo y tenso. En declaraciones a FranceInfo, describió la experiencia como "empezar de cero". Tuvo que volver a aprender a andar y a realizar las actividades cotidianas que todos damos por sentadas.
Y lo que es más importante, tenía que redescubrir su propósito. El ejército había sido su vocación y su hogar. Su ausencia había dejado un vacío que ahora tenía que llenar. Pero no se dejó intimidar.
Al terminar su carrera militar, Cyrille se dedicó de nuevo a convertirse en un atleta de élite, experimentando con varios deportes diferentes para encontrar su nicho. "Probé un poco de todo. Golf, escalada, vela, submarinismo, paracaidismo", explica a FranceInfo.
Los atributos esenciales de un soldado -disciplina, compromiso y concentración- le sirvieron de mucho. Destacó en los deportes a los que se inscribió, consiguiendo un segundo puesto en Handiflyrace, la única competición mundial de paracaidismo indoor para personas con discapacidad, y una medalla de oro en vela en los Juegos Invictus de 2018 en Sídney (Australia).
El deporte de competición dio a Cyrille un propósito renovado. Y la misma audacia que le llevó a alistarse en las fuerzas especiales francesas la ha canalizado ahora para alcanzar la grandeza en el terreno de juego. Su objetivo final es participar en competiciones de voleibol y tiro en los Juegos Paralímpicos de 2024 en París (Francia), su país natal, y en 2028 en Los Ángeles.
Cyrille está decidido a participar en los Juegos Paralímpicos de 2024. Pero la determinación por sí sola no basta. Para ser competitivos a nivel mundial, los atletas necesitan recursos: Entrenadores. Equipamiento. Tiempo de entrenamiento. Fondos para dedicar toda la vida a un objetivo aparentemente imposible.
Ante la inminencia de los Juegos Paralímpicos de Verano de París 2024, Cyrille ha lanzado una campaña de crowdfunding. Su objetivo, 24.000 euros, le permitirá pagar el equipo, el entrenamiento y los gastos de viaje asociados a la competición.
Dedrone, proveedor líder de tecnología contra drones, se complace en apoyar a Cyrille en su ambición paralímpica e igualará las donaciones hasta el 15 de noviembre de 2022, hasta un importe de 5.000 euros, lo que supone una donación potencial total de 10.000 euros.
"Lo que vivió Cyrille no debería volver a ocurrirle a nadie. La razón de ser de Dedrone es proteger a las personas, los bienes y la información de la amenaza de los drones. Podemos proteger a nuestros soldados en el campo de batalla tan bien como protegemos las instalaciones en nuestro país y en el extranjero", afirma Alex De Los Santos, ingeniero de ventas de Dedrone. Alex estaba sobre el terreno como contratista en Irak cuando la unidad de Cyrille fue atacada. Cuando contó esta historia al equipo de Dedrone, Pierre-Etienne Villand, antiguo miembro del Grupo de Comandos Paracaidistas y ahora también parte de nuestro equipo, reconoció al soldado y nos puso en contacto con Cyrille.
"La historia de recuperación y determinación de Cyrille inspira a todos los que la escuchan. Es un honor para nosotros apoyarle en sus objetivos", añadió.
Para apoyar a Cyrille y saber más sobre él, visite su página de financiación aquí.
Publicado en
6 de octubre de 2022
| Actualizado
25 de abril de 2023
Sobre el autor
Mary-Lou Smulders es la Directora de Marketing de Dedrone, donde dirige el equipo global de marketing y comunicación de Dedrone.