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Los periodistas de The War Zone Tyler Rogoway y Joseph Trevithick, con el apoyo de la investigación completada por Douglas D. Johnson, un investigador voluntario afiliado a la Coalición Científica para Estudios UAP (SCU), investigaron una serie de incursiones de drones en la Estación de Generación Nuclear de Palo Verde en Arizona a finales de 2019. Rogoway y Trevithick analizaron el incidente, que incluyó comunicaciones directas de cuándo se produjeron los avistamientos de drones, qué información se conocía en ese momento y cómo respondieron los equipos. Esto es lo que aprendieron:
El sistema de seguridad de Palo Verde no estaba preparado para las incursiones de los drones, y se une a una larga lista de instalaciones eléctricas que se han visto asoladas por drones ilegales. Aunque no se registraron daños en Palo Verde, sigue habiendo interrogantes sobre a quién pertenecían los drones, por qué volaban y qué información recogieron.
Tras una minuciosa investigación llevada a cabo por el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias gubernamentales, Rogoway y Trevithick afirman que "la impotencia e incluso la actitud displicente ante el incidente del dron por parte de los responsables de la seguridad de una de las instalaciones nucleares más grandes y delicadas de Estados Unidos es un ejemplo alarmante y flagrante de lo desatendida e incomprendida que está esta cuestión".
Los avances en la tecnología de los drones han aportado numerosas aplicaciones y diversos beneficios a la sociedad, y no debe descartarse la amenaza de un uso indebido. Los organismos reguladores de la aviación, como la Administración Federal de Aviación (FAA), prohíben que los drones sobrevuelen instalaciones designadas como sensibles desde el punto de vista de la seguridad nacional, incluidas las centrales nucleares. Esto no detiene a los pilotos de drones con malas intenciones.
En los últimos años se han producido numerosos incidentes con pequeños drones que perturban la seguridad de instalaciones sensibles, entre ellas varias centrales nucleares.
La tecnología de seguridad del espacio aéreo debe incorporarse como mecanismo de detección primario para las instalaciones nucleares, en primer lugar para conocer la tasa de aparición de drones en el espacio aéreo y, en segundo lugar, para que los equipos de seguridad puedan defenderse.
Los drones en las instalaciones nucleares plantean amenazas físicas y de vigilancia, incluyendo:
Los emplazamientos nucleares necesitan llevar a cabo una evaluación de la vulnerabilidad de su actividad en el espacio aéreo y cuantificar la presencia real de drones en su espacio aéreo. La evaluación del espacio aéreo se lleva a cabo con los sensores y el software de Dedrone, que se instalan in situ y se activan en cuestión de minutos, realizando un seguimiento inmediato de la actividad de los drones.
Con una evaluación de la vulnerabilidad, los equipos de seguridad nuclear pueden responder:
Una vez medido el nivel de amenaza en cada emplazamiento, los responsables de seguridad pueden tomar una decisión basada en datos sobre si necesitan implantar tecnología de localización o más sensores para obtener un conocimiento de la situación.
Otros sensores pueden ayudar a localizar a los pilotos, lo que ayudaría a las fuerzas de seguridad a detener a los pilotos ilegales de drones y a llevar a cabo las investigaciones o acciones judiciales pertinentes.
Las incursiones de drones en instalaciones nucleares son un problema evitable. Los drones seguirán llegando sin previo aviso y, para adelantarse a la amenaza de los drones, los equipos de seguridad nuclear deben tomar medidas para ampliar sus sistemas de seguridad al espacio aéreo con las soluciones contra drones de Dedrone.
Publicado en
10 de septiembre de 2020
| Actualizado
25 de abril de 2023
Sobre el autor
Clayton Taylor es desarrollador de cuentas empresariales en Dedrone, donde dirige a nuestros clientes norteamericanos sobre cómo iniciar sus programas completos de seguridad del espacio aéreo.